viernes, 20 de marzo de 2015

La osadía del estudiante dominicano.

Este "post" va dedicado a algo que me ha pasado recientemente y de lo que he sido critica desde que tengo conciencia.

En República Dominicana  nos quejamos mucho de los bajos niveles de educación, de que los jóvenes solo siguen la línea de lo fácil y no les gusta pensar, investigar o leer. En fin, nos quejamos de que los jóvenes de esta época están en todo menos en crecimiento mental. Lo cual tiene su razón de ser en el poco empuje intelectual que reciben a lo largo de sus vidas a través de sus mayores, profesores, mentores o simplemente de la sociedad. ¿Por qué lo digo? Les contaré una anécdota.

Estoy en proceso de graduarme como Licenciada en Comunicación Social, solo me falta entregar mi proyecto de tesis en el que llevo trabajando aproximadamente 6 meses.

Desde el inicio de mi último cuatrimestre en la universidad supe que mi tema debía ser algo relacionado a Relaciones Públicas y entre búsqueda y búsqueda llegué a conocer sobre comunicación de crisis y me encaminé a ese destino, escogiendo un tema relacionado a la comunicación de crisis del gobierno dominicano en un caso específico con una minera que no puedo mencionar el nombre pero que cualquier dominicano que vea este "post" sabrá de cual hablo y pues cualquier otra nacionalidad que quede intrigado solo debe ”googlear” para ver de quien se trata.

Decidida, voy donde el director de mi carrera para que me apruebe el tema y empezar a trabajar y el queda contento y emocionado por el tema, pero no por razones intelectuales, sino porque vio en mi la oportunidad de desenmascarar y seguir la lucha contra la minera, vio en mí el nacionalismo que el llevaba dentro y una especie de venganza “moral” contra la minera. Pero realmente nunca lo vio como un avance para los estudiantes y profesionales del área al escoger un tema nunca antes estudiado y menos en esa universidad en específico.

Luego voy al departamento de metodología e investigación que es donde inicia el proceso de investigación y mi proyecto es aprobado para empezar a trabajarlo de lleno y se me asigna un asesor de mi escuela.

Este asesor que me es asignado tiene la fama de ser el mejor de toda la escuela de comunicación social que quizás no sea mentira, pero no pude comprobarlo.

Durante el tiempo que mis compañeras y yo trabajamos con este asesor que es quien sabe del tema, jamás pude percibir de él, el apoyo que se supone debía recibir de mi asesor, de la persona que llevará adelante conmigo mi proyecto.

¿En qué sentido? Pues muchas veces, sentí que él prefería dejar sub-temas por mitad simplemente por el hecho de que la información sería difícil de conseguir. En ningún momento sentí que nos impulsaba para seguir y seguir y hacer nuestra investigación más rica en contenido sino que al contrario la minimizaba.

Pero no solo en el percibí esta actitud, la gente a mi alrededor solo me decía: para que escogiste ese tema que es tan difícil, debiste hacer algo más sencillo, no te van a ayudar, no te van a dar la información que necesitas, entre otras cosas.

Las personas del gobierno que eran quienes nos debían y los únicos que podían entregarnos la información que era base para nuestro desarrollo, nos hicieron todo tan complicado como pudieron, para luego darnos una información aérea, sin el más mínimo contenido. Y sobre todo la minera, que se negó rotundamente a darnos cualquier tipo de información.

Pero, ¿Cuál es el centro del problema? Que como jóvenes, cuando queremos emprender proyectos ambiciosos, investigaciones profundas, se nos cierran las puertas, no recibimos el apoyo ni el empuje de ir más lejos para conseguir lo que queremos, sino, que se nos contiene y se nos incita a ir más despacio, a buscar otra alternativa más sencilla y a no pelear ninguna batalla porque “podríamos perder y no debemos perder tiempo”

Como jóvenes, en República Dominicana no se nos ensena a querer saber, a investigar, a estudiar, a pensar, si no que nos acostumbran a seguir al rebano, y en el momento que nos estimulan a salir del cascaron es para hacer algo que alguien más ya hizo y le quedo bien, o para seguir algún modelo o algún camino pre establecido.

A lo mejor para mí el tema era más de lo que realmente significaba, pero me hizo reflexionar en porqué estamos los jóvenes como estamos. Nuestra cultura no nos permite dar un paso delante de los demás, nos mantiene caminando como ovejas siguiendo los pasos de nuestros perros pastores que son otras culturas consideradas más avanzadas. 

miércoles, 6 de agosto de 2014

Anécdota periodística: Ligeros de equipaje.


Quiero compartirles una anécdota que le sucedió a un amigo de la familia y colega periodista.

Este amigo es Ricardo Pichardo y escribe para la revista Ritmo Social que pertenece al periódico dominicano Listín Diario.

Recientemente está escribiendo una columna para el Listín llamada Desde mi óptica.
Bueno, con la muerte de mi madre, este gran amigo al cual le estoy súper agradecida con el detalle, decide escribir un artículo para ella, que se publicó en el periódico.
 ¿Qué sucedió? Este joven periodista escribe el artículo y lo envía a edición.
Por curiosidad de la vida y de su trabajo, Ricardo pasa por edición antes de irse, la jefa del departamento se había ido pero le pide al  joven que está presente  que lo deje ver el artículo ya editado y listo para salir.
Gran sorpresa se llevó cuando al leer el artículo estaba simplemente cortado a la mitad, sin preocuparse por la coherencia ni el sentido, simplemente ajustado a un espacio disponible.
Por suerte Ricardo pudo arreglarlo a su modo y darle un giro para que no perdiera la magia, pero ¿Cuál es la moraleja?
Nunca, en ningún medio podemos confiar que otros cuidaran la integridad de nuestro trabajo. A veces es mejor afinar detalles nosotros mismos para no llevarnos sorpresas.
Como periodistas nos movemos en un mundo de mucha rapidez, donde las noticias son para “ayer” y no hay después que valga, donde si el momento pasó, ya es caso cerrado. Por eso quizás nos dejamos llevar de la desesperación.

El periódismo debe realizarse con RESPONSABILIDAD, no importa el origen o la finalidad del trabajo realizado. 

Aqui les comparto el artículo y el link.

http://listindiario.com/la-vida/2014/7/31/331950/Ligeros-de-equipaje



Ligeros de equipaje


La vida es un soplo. Un suspiro que termina, muchas veces, sin darnos cuenta. Un corto viaje que emprendemos con una visa de la cual no conocemos su fecha de expiración. Es por esto que se hace incomprensible por qué actuamos como que si el trayecto fuera eterno. Nos comportamos como inmortales. Avasallamos, humillamos, irrespetamos límites o simplemente creemos levitar sin poner los pies sobre la tierra. Esta realidad la resaltamos sobre todo cuando vemos que la vida de un ser querido se apaga. Todo tipo de reflexiones afloran. Doctrinas, lecciones de vida y el contenido filosófico más docto parece iluminarnos. Tomamos resoluciones “impostergables”. Anunciamos cambios inmediatos a nuestro estilo de vida. Procuramos que ocurra una revolución que en el mejor de los casos se extiende una o dos semanas y luego como si viviéramos en automático regresamos a ciclo anterior hasta que otro caso nos sorprende. Nos cuesta creer que somos frágiles. Esa negación es nuestro mejor y más empleado mecanismo de defensa. Nos preparan para todo, menos para la muerte aunque como paradoja de la vida es lo único seguro que tenemos. Su nombre era María, pero le decíamos Ketty. Su personalidad alegre, don de gente y su hospitalidad se colaban en el corazón de quienes compartieron con ella al menos unas pocas horas. Era la tía favorita de los amigos de sus sobrinos dentro de los que me incluyo. Recibir personas en su casa era su deleite. Mientas más, mejor. Los atendía personalmente y desde ese instante se convertía en amiga de quienes le abrían su alma. Era fácil para escuchar. No era extraño que personas le contaran sus problemas aunque no le conocieran a profundidad.  La lucha por la igualdad y el bien común fueron su bandera. Para colaborar nunca salió un no de sus labios.  Su corazón era tan noble que era tomada en ocasiones por tonta. Madre ejemplar y amiga de sus amigos. Su partida fue algo impredecible. Nos tomó por sorpresa, ni siquiera los sospechamos. Aquello de que no se sabe el día ni la hora se cumplió a cabalidad en ella. Abrió en mí y en muchos de sus allegados no solo la pregunta de qué tan preparados estamos para partir sino también cuánto pesa nuestro equipaje. Mientras más ligeros mejor ya que para el trayecto estorban el costoso peso del odio, el rencor, los resentimientos y las raíces de amargura que no nos permiten avanzar.  La prepotencia y el creernos superior a los demás tienen un cargo emocional adicional que nos paraliza como seres humanos. Aprendí una vez que seremos juzgados no por nuestras prácticas de piedad (que son importantes), sino en base al amor que pudimos dar. Ketty dio amor de sobra, por eso no dudo de que tiene un lugar cerca Dios. Desde mi óptica la mejor resolución que debemos tomar es medir nuestra vida no en años, sino, más bien en el amor que podamos repartir a los demás viviendo un día a la vez como si fuera el último. ¡Nos vemos en la eternidad!

                                                                                                                                                                                         

Ricardo Pichardo

Ricardo.pichardo@listindiario.com

Twitter/Instagram
@pichardoricardo
 

Autora de la semana: Isabel Allende

Aunque  estuve perdida en estos meses y no había vuelto a escribir he regresado y aquí les traigo la autora de esta semana: 

ISABEL ALLENDE.

En honor a mi mami que falleció hace unos días, su escritora favorita de toda la vida, todos los días de madre cuando yo estaba pequena, le regalabamos un libro nuevo de Isabel Allende, y los recibía más que felíz.

Mi madre que amo con locura, justo la noche antes de su muerte, me estaba ayudando con un trabajo universitario del libro "Cuentos de Eva Luna" de esta escritora...y me encantó la forma en que trataba de explicarme el argumento de estos cuentos.

Isabel Allende es una escritora chilena, pero nacida en Lima, Perú. Miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras desde 2004.3 Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de su país en 2010.
Formó parte de la sección chilena de la FAO, la organización de las Naciones Unidas que se ocupa de la mejora del nivel de vida de la población mediante un exhaustivo aprovechamiento de las posibilidades de cada zona.
La primera gran novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus, próxima al llamado «realismo mágico» fue publicada en 1982.
Basada en los recuerdos de infancia y juventud de la propia escritora, La casa de los espíritus narra las peripecias de la saga familiar de los Trueba a lo largo de cuatro generaciones. Isabel Allende rememora y convierte en substancia narrativa las vivencias en la vieja casona familiar habitada por sus abuelos y sus excéntricos tíos, una mansión rodeada por una fecunda atmósfera liberal e intelectual que despertó su feraz imaginación y le inculcó el gusto por la lectura y la narración de historias. Al hilo de las peripecias de las mujeres que componen este núcleo familiar (auténticas protagonistas de la trama), la desbordada fantasía de la autora se va enhebrando con el repaso de los principales acontecimientos políticos de la historia reciente de Chile, hasta situar al lector en los primeros y dramáticos compases de la sangrienta dictadura militar.
En el plano literario, confiesa que cuando comienza a escribir ella genera un lugar, una época y los personajes y la historia se van dando por sí solos, es decir, no tiene un plan inicial con todas las acciones. Varios de sus libros han nacido de cartas o reflexiones personales.
Si bien sus éxitos en ventas son arrolladores, hay críticos y escritores que han sido implacables con ella, considerándola escritora de subliteratura o meramente literatura comercial o, en el mejor de los casos, como una copia menor de Gabriel García Márquez. El estadounidense Harold Bloom sentenció que «Isabel Allende es una muy mala escritora y sólo refleja un periodo determinado».
A partir de su primera novela, todas sus obras han sido publicadas en español por las editoriales Plaza & Janés y Sudamericana, pertenecientes al grupo Penguin Random House.

    La abuela Panchita, infantil; ilustrado con muñecos de Marta Carrasco, editorial Lord Cochrane, Santiago, 1974
    Lauchas y lauchones, ratas y ratones, infantil, Lord Cochrane, Santiago, 1974
    Civilice a su troglodita. Los impertinentes de Isabel Allende, recopilación de columnas que publicaba la autora bajo ese mismo título en la revista Paula, Lord Cochrane, Santiago, 1974
    La casa de los espíritus (1982), novela, reeditada en 2011 en el estuche "Trilogía involuntaria"
    La gorda de porcelana (1984), cuento juvenil
    De amor y de sombra (1984), novela
    Eva Luna (1987), novela
    Cuentos de Eva Luna (1990), 23 relatos
    El plan infinito (1991), novela
    Paula (1994), obra autobiográfica
    Afrodita (1997), obra autobiográfica
    Hija de la fortuna (1998), novela, reeditada en 2011 en el estuche "Trilogía involuntaria"
    Retrato en sepia (2000), novela, reeditada en 2011 en el estuche "Trilogía involuntaria"
    La ciudad de las bestias (2002), novela juvenil, reeditada en 2004 en el estuche Trilogía "Las memorias del águila y del jaguar"
    Mi país inventado (2003), obra autobiográfica
    El reino del dragón de oro (2003), novela juvenil, reeditada en 2004 en el estuche Trilogía "Las memorias del águila y del jaguar"
    El bosque de los pigmeos (2004), novela juvenil, reeditada en 2004 en el estuche Trilogía "Las memorias del águila y del jaguar"
    El Zorro: Comienza la leyenda (2005), novela
    Inés del alma mía (2006), novela
    La suma de los días (2007), obra autobiográfica
    La isla bajo el mar (2009), novela
    El cuaderno de Maya (2011), novela
    El juego de Ripper (2014), novela policiaca